Un factor en común al momento de hablar de equitación, independientemente de la disciplina o tipo de caballo, son las moscas. Además de ser un insecto molesto, son importantes transmisores de enfermedades y responsables de causar estrés a nuestros caballos.
Las principales enfermedades que pueden ser producidas directa e indirectamente por las moscas son las siguientes:
Enfermedad de los équidos, (caballos, burros y mulas) causada por un virus, se transmite por insectos picadores hematófagos, principalmente la mosca Tabanidae, los caballos infectados presentan fiebre, pérdida de apetito, baja de peso e incluso muerte repentina, en algunos casos pueden no mostrar signos. En infecciones crónicas los signos pueden ser, perdida de peso, debilidad, anemia e hinchazón de patas, pecho y abdomen.
Es una enfermedad muy peligrosa y de reporte obligatorio.
Producida por un parásito que transportan cierto tipo de moscas, tiene una presentación de parasitosis interna y una presentación cutánea. Los síntomas más frecuentes son de dermatitis, que puede ser granulomatosa y ulcerativa, las lesiones aparecen generalmente en cara, extremidades, prepucio, canto medial del ojo y conducto naso-lagrimal.
Producida por la Thelazia lacrymais, comúnmente conocido como gusano del ojo, es un gusano nemátodo que reside en las glándulas y conductos oculares.
Pueden producir conjuntivitis leve, lagrimeo excesivo, edema localizado, enturbiamiento de la córnea y en ocasiones quistes subconjuntivales.
Estos nematodos se encuentran en América.
El estrés podría definirse como una respuesta adaptativa a cualquier situación que puede suponer un desafío o peligro, aunque se trate de una respuesta natural, la presencia de esta situación y de los factores que la producen son perjudiciales para el caballo.
A corto plazo se puede presentar aumento en la frecuencia cardiaca, estado de alerta, conducta de huida, falta de apetito, comportamientos impredecibles y depresión.
La limpieza adecuada y el manejo del estiércol son los métodos de control de moscas más efectivos:
Eliminar rápidamente el estiércol, el exceso de alimento, la paja, heno húmedo y cualquier otro desecho orgánico.
Mantener cerrados y limpios los contenedores de basura.
Ubicar el estercolero lo más lejos posible de las caballerizas.
Evitar acumulación de agua.
Cubrir las compostas de estiércol con plástico.
En caso de usar el estiércol como abono, esparcir de forma fina para que se seque rápidamente.
Usar protección para caballos, como mascaras, mallas o mosquiteros en casos extremos.
Usar repelentes por lo general es muy útil, aunque hay que aplicarlos constantemente y considerar los costos.
Instalar sistemas de aspersión de insecticidas orgánicos que no afectan a los caballos, estos suelen ser muy eficientes, son algo costosos, pero en realidad la salud y tranquilidad de tu caballo lo vale.
Estos son algunos consejos que te da RED ECUESTRE y recuerda, la opinión de tu veterinario es muy importante, consúltalo siempre.
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