MVZ. Cert. IAED Manuel E. Villanueva S. Atención dental especializada en equinos.
SIN BOCA, NO HAY CABALLO
La boca de los caballos, los equinos, constituye una parte fundamental para la vida en general de esta especie, ya que es la primera porción del aparato digestivo y en la cual, por lo general en todas las especies de equinos domésticos, se coloca algún aparato ya sea freno, filete o algo para controlar y manejar a los mismos, de ahí la importancia de la atención dental especializada.
Hablar de que la boca es la primera porción del aparato digestivo, posiblemente suene simplista y obvio, pero la boca de esta especie animal ha evolucionado a tal grado que muele los alimentos proporcionados. De tal manera, que si el aparato masticatorio no está funcionando óptimamente, el bolo alimenticio no será de calidad y cantidad necesaria para que el resto del aparato digestivo pueda degradar porciones grandes de alimento no masticado de manera adecuada.
A lo largo del aparato digestivo posterior a la boca, dígase estómago, intestino delgado, colon mayor, colon menor, recto y ano, no habrá manera de compensar que ese alimento desde el principio no fue masticado correctamente o sea no habrá compensación durante todo el proceso digestivo. Es bien sabido por todos los que estamos en el medio de los equinos, que la causa más frecuente de muerte en esta especie son los padecimientos de origen digestivo.
Aunque en muchos de los casos esas muertes no se pueden evitar, es cierto que los animales atendidos orodentalmente, tendrán mejor masticación de los alimentos y el riesgo de cólicos se puede en cierto grado prevenir.
Control por medio de la boca
Si de forma natural, como voy a explicar más adelante, el equino puede tener de manera común lesiones en tejidos blandos, como la lengua o los carrillos, por acción de puntos filosos de esmalte, el meter un aparato para controlarlo puede ser muy molesto y/o doloroso para el animal.
¿Cuál es la importancia de la boca del equino?
Debemos entender que este tipo de instrumentos que el hombre ha venido utilizando para el control de los equinos, no deja de ser un castigo y si la boca del animal presenta alguna molestia, al aplicar ese castigo, las consecuencias y resultados que esperamos de nuestros equinos no serán los deseados, esto es más evidente con equinos que están destinados a la realización de algún deporte.
Como mencione anteriormente, la evolución en esta especie animal ha jugado un papel muy importante, la cual ha contribuido al desarrollo de piezas dentales especializadas para la molienda de pastos y forrajes. Los equinos, considerando esta evolución, se clasifican de acuerdo a sus piezas dentales como;
Particularidades del sistema masticatorio del caballo
ANELODONTE: NO PRESENTAN CRECIMIENTO CONTINUO.
ANISOGNATA: DIFERENCIA DE ANCHO ENTRE MANDÍBULA Y MAXILA.
DIFIODONTE: PRESENTAN DIENTES DECIDUOS Y PERMANENTES.
HETERODONTE: DIENTES DE DIFERENTES CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS.
HIPSODONTE: ERUPCIÓN CONTINUA.
LOFODONTE: PRESENCIA DE CÚSPIDES EN LAS SUPERFICIES MASTICATORIA DE LOS PREMOLARES Y MOLARES.
Tomando en cuenta su domesticación, además de las características anatómicas y fisiológicas, se puede considerar a los equinos, pacientes obligados para recibir atención dental especializada de manera rutinaria.
Con respecto a la domesticación y específicamente a lo que concierne con la boca, está comprobado que los equinos en vida silvestre, libre o salvaje, utilizan su aparato masticatorio por periodos de hasta 18 horas al día.
A diferencia de los equinos domesticados, los cuales por lo general se encuentran estabulados. Invierten solamente de 5-8 horas en masticar sus alimentos, esa diferencia de horas hace que los dientes no tengan el desgaste suficiente al estar el aparato masticatorio totalmente ocioso.
Además, que los forrajes que proporcionamos regularmente están henificados o deshidratados y en ese proceso se pierden cristales de hidroxiapatita presentes en forrajes verdes y frescos, los cuales contribuyen a un mejor desgaste de las piezas dentales.
Características anatomo-fisiológicas
Anisognatia
Se refiere a que el ancho mandibular es 30% menor al ancho maxilar y esto sucede en todos los animales que pertenecen a la especie equina (caballos, burros, mulas, cebras, etc.) Es una de las razones que de manera normal los puntos filosos de esmalte presentes en los premolares y molares de los equinos están presentes en el maxilar hacia los carrillos y en los premolares y molares mandibulares por el lado de la lengua, aunado que por la anulación que tienen dichas piezas dentales hay zonas de ellas que no tienen contacto (oclusión) ni desgaste.
Hipsodoncia
Es el término que se refiere al tipo de dientes que presentan los equinos, los cuales dentro de su mayor característica es que tienen una erupción continua del alveolo que los contiene hacia la boca, durante toda la vida y no de crecimiento, como erróneamente se cree o se dice.
Es decir, a los equinos hay que limarle las piezas dentales no porque les crezcan, sino porque erupcionan, o sea salen del cráneo hacia la boca. Por esa razón, en la siguiente fotografía el diente grande corresponde a un molar de un equino joven (aprox. 6 años de edad) y el molar pequeño pertenecía a un equino con edad avanzada o viejo (20 años de edad). Se recomienda la atención periódica de los caballos, considerando que la erupción de las piezas dentales es de 1 a 3 milímetros anualmente.
Patrón masticatorio
El patrón masticatorio en el equino, también es de suma importancia porque a diferencia de otros animales, incluido el humano, el equino mastica haciendo movimientos helicoidales, dando la posibilidad que las piezas dentales premolares y molares tanto maxilares como mandibulares tengan el mayor contacto posible en los movimientos masticatorios para poder moler eficientemente los alimentos.
Conclusión
En conclusión, podemos decir que gracias a las características que la evolución, la domesticación y a las características de anatomía y de fisiología propias de la especie equina, todos, absolutamente todos, deberían recibir atenciones dentales de manera rutinaria, por lo menos una vez al año dependiendo de cada paciente y de las patologías particulares que cada individuo tenga. Un médico veterinario especializado en equinos y con el equipo especialmente diseñado para este fin específico, sería lo ideal.
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