En esta ocasión, en la sección en Kür con Los Padilla y a solicitud de ellos, compartimos este artículo, «Antes de colgar la rienda», de uno de sus jinetes, Marco López.
Antes de colgar la rienda, soy un jinete novato, dressage quadragenarĭus enthusiasmus, que como su nombre lo indica, dícese de un dinosaurio en los cuarentas entusiasta del adiestramiento.
Primero que nada, permítanme agradecer que estén tomando el tiempo para leer estas líneas . Actualmente práctico en El Centro Ecuestre La Cascada, con José Luis “Leyenda” Padilla y Nina Jaakkola y debo confesar que solo de verlos montar aprendes un mundo de cosas, sin embargo, mi estancia en este universo de los caballos; misma que justo inicio hace un año, no siempre fue así de sencilla, y esto es lo que me ha inspirado a escribir acerca de algunas cosas que he aprendido hasta ahora, sin la intención de sustituir la experiencia de sus entrenadores, pero sí con la esperanza que sean de utilidad para otros jinetes novatos, sin importar su edad, antes de que cuelguen la rienda o piensen en deshacerse de su compañero de viaje.
Este bello arte te convierte en un binomio
Cuando inicias a montar tienes mucha información proveniente de caballerangos, jinetes, instructores, gurús del internet, todos compartiendo sus experiencias y puntos de vista, sin embargo, considero que muchos de ellos están enfocados en el jinete, olvidando que en realidad una vez que entras a este bello arte te conviertes en un binomio.
Entender ambas partes de la ecuación
Siento, que entender ambas partes de la ecuación es lo que nos llevará a ser binomios exitosos. Y aprovecho para compartirles que adicional al Dressage, he participado en otros deportes de binomios como es el agility con perros y esto es lo que me gustaría usar como ejemplo para iniciar a trazar una perspectiva. Por ejemplo, una de las grandes diferencias es la cantidad de tiempo que paso con mis perros, en comparación del que tengo acceso a Dante, un hermoso cuafrisón negro de 15 años de edad, la cual es infinitamente diferente.
Mientras con los cachorros puedo compartir horas hasta que llega un momento que parecen hacer mimicking, con Dantelas etapas de trabajo son de 45 minutos, en mi caso, hasta cuatro veces a la semana, más 30 de convivencia en la caballeriza y eso se refleja en la socialización. Para los que tienen perros, cuántas veces no les han dicho: “Todo se parece a su dueño”, o se han preguntado cómo aprendieron tal o cual comportamiento sin habérselos enseñado. Mientras mis perros normalmente pesan de 15 a 25 kilogramos y voy a pie, ahora trabajo con un compañero de 550 kilogramos, montado sobre su espina dorsal; que cuando hace un “berrinche” me pone a temblar.
Entender más al caballo
Así que, con la finalidad de entender más a Dante, he investigado cuáles podrían ser algunas de las diferencias vitales como: la percepción del entorno, visión, hasta la estructura cerebral, entre otras, que a continuación me permito compartir con ustedes.
La posición de los ojos
Por ejemplo, aunque esto no es “rocket science” y muchos van a reír y decir, este hombre debería estar en la NASA, de forma sarcástica clara-mente, ¿han notado que la posición de nuestros ojos es diferente a la de los caballos?, la importancia de este detalle es que mientras nuestra mirada es frontal alcanzando un ángulo de 180 grados la visión periférica del caballo le permite ver 340 grados, es decir, puede ver todo lo que pasa de sus hombros a la grupa, teniendo como puntos ciegos debajo de la nariz y detrás de su grupa, momento en el cual aprovecho para recordarles que no deben aparecer de forma súbita detrás de un caballo podría espantarse y patearles.
Sin embargo, para ver los mismos detalles que nosotros observamos de un objeto, ellos deben estar ubicados a la mitad de la distancia. Podría ser tarde cuando confirmen que era un león acercándose, así que pensaran primero en correr. Otro punto a considerar es la cantidad de colores que pueden distinguir, podría decirse que los caballos ven la vida en sepia.
Diferencias cerebrales
Pasando al tema de las principales diferencias cerebrales, el cerebro de un caballo está más especializado en las acciones motoras y sensoriales, y esto tiene todo un sentido evolutivo, ya que, al ser presas, el desarrollo de estas funciones les ha permitido luchar por su supervivencia. Mientras que el ser humano, por el contrario, enfatiza el lenguaje y la motricidad fina, con mayor capacidad para regular las emociones y la memoria de estudio (leer y recordar).
Es importante, hacer hincapié en este punto por dos temas, el primero es que deberás ser paciente para enseñar a tu caballo, puesto que será a través de la repetición y el trabajo constante que memorizará las actividades que deseas efectué. El segundo punto es más delicado, el instinto de supervivencia, y es que debes recordar que un caballo se espanta por dos cosas: por todo y por nada. Y esto podría deberse a la cantidad de información que entrega el cerebro de una imagen nueva, por ejemplo, la primera vez que el caballo ve una bolsa moviéndose por el piso hacia él a toda velocidad, su primer instinto podría hacerle salir corriendo antes de ser devorado por la bolsa, mientras que nosotros seríamos capaces de identificar un pedazo de hule impulsado por el aire.
Por lo cual deberás convertirte en ese líder que le ayude a entender que cuando está contigo se encuentra a salvo, transmitirle tranquilidad, mantenerlo y mantenerte enfocado. Entender qué le provoca miedo y distracciones para trabajar en conjunto con tu instructor de modo que puedan superarlas.
La otra parte del binomio
En lo que refiere a la segunda parte del binomio, el jinete, deberás ser muy paciente contigo mismo, ya que hay muchas cosas nuevas que aprender y en las cuales trabajar y una vez que estés montado sin importar cuál sea la finalidad: salir al campo, ser jinete de salto, adiestramiento, endurance, etcétera. Empezarás a escuchar muchas indicaciones, términos nuevos y opiniones, tal vez, te darás cuenta de que te hace falta coordinación entre manos y piernas, que jalar con fuerza las riendas aunque te da seguridad provoca la incomodidad y la resistencia de tu caballo, posiblemente aunque montes un pony la distancia al suelo te parecerá lejana. Los estribos podrían parecer poco espacio para apoyarse; escucharás que te falta asiento, aunque estés sobre la silla o el albardón.
Glosario
Por lo anterior, a continuación les comparto un pequeño glosario para no poner cara de “what” en nuestras primeras clases o paseos.
Equipo
Brida. El término brida se define como el bocado (de preferencia el filete en el inicio) del caballo. Junto con las riendas y todo el correaje, se sujeta a la cabeza del caballo.
Cincho. Hace referencia a una faja, que sujeta la silla de montar. Pasa por debajo de la barriga del caballo y se aprieta con varias hebillas.
Ayudas del jinete
Aires. Cualquiera de los tres movimientos básicos que presenta el caballo, que son el paso, el trote y el galope.
Ayudas del jinete. Son los medios por los cuales el jinete se hace entender con su caballo, por ejemplo: el asiento, nuestro propio peso, piernas, riendas.
Rienda Exterior/Pierna Interior. La rienda exterior se encuentra cercana a la pared o barda de la pista y la pierna interior, la que mira hacia la parte central.
Estar en la mano. Este concepto se utiliza para indicar que el caballo está en las ayudas del jinete empujando con las patas, está a través del dorso cargando al jinete de forma cómoda. El jinete mantiene un contacto estable a la boca del caballo por medio de las riendas y el caballo mantiene la cabeza en una posición adecuada en la vertical para recibir las indicaciones y obedecerlas.
Cambio de mano. Se refiere a modificar el sentido en el que el binomio da las vueltas dentro de la pista. Es decir, si das vueltas en el sentido de las agujas del reloj, cambias la mano, si empiezas a dar las vueltas en el sentido contrario. Para poder hacer esto se sugiere realizar una diagonal, y al finalizarla, continuar la vuelta en el sentido contrario al que llevabas.
Contacto. Cuando se dice que hay que montar con “contacto” significa que las riendas deben tener tensión suficiente para dar las indicaciones al caballo y que este las reciba claramente en el bocado, pero no demasiada para no generar molestias en la boca del caballo.
Poner la pierna. Significa hacer presión con las piernas para lograr realizar un ejercicio correctamente, manteniendo el ritmo y la velocidad.
No quiero unirme a la lista de personas que les desinformen y saturen de información ahora que están iniciando este nuevo viaje, así que dejaré esta charla hasta aquí, gracias Dressage Quadragenarĭus Enthusiasmus
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